martes, 11 de septiembre de 2007

13 - Mar - 2006

Y la silla en que estaba se volvió, la habitación entera rápidamente giró, mis cabellos colgaban hacia arriba.

Me declaró todo su amor y eso me entristeció, sin embargo, el sufrimiento terminó otorgándome felicidad. Me costó, pero lo comprendí, estaba al revés en el mundo. Entonces, logré ver mi reflejo en aquel espejo, el cual se había negado a reflejar mi imagen en el anterior intento. Y me vi. Lucía enteramente demacrada, comprendí que sería producto del cansancio, del agotamiento acumulado por toda mi vida. Pero no estaba segura de ello, no tenía claro si lo que sentía -o lo que creía sentir- era real o parte de mi inverso sentir.

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