lunes, 19 de mayo de 2008

No.

Puedo morir. Hay cosas que no puedo controlar, hay cosas que ni alcanzo a concebir, el estómago se me está destruyendo. No existe comprensión posible. Hace varios días que es de noche. Ni me molestaré en entender, nada. Es de noche. Es un cubículo de baño, frío. Es la vida que se desvanece, que se destruye. No se puede colgar de una estrella. El fuego quema. A quién le hablo, yo no sé. Para qué hablo, yo no sé. Por qué estoy acá sentada, yo no se. Para qué desayuné, yo no sé. Para qué estudié, para qué realizaré una prueba, para qué. Todos los sentidos caen al suelo. Cuando eso pasa solo me queda aferrarme a lo que siento por dentro, lo único que queda vivo, lo único que está siempre fuerte, lo mismo que hoy me destruye, me destruye por dentro, los sentidos por fuera caen. ¿Qué queda? ¡¿Qué queda?! Un tronco hueco y seco en medio de un bosque quemado. ¿Qué sienten los troncos huecos y secos que no han sido quemados? ¿Qué sienten? ¡¿Qué sienten?! ¿Están vivos, están muertos, están muertos en vida?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo pasaba por acá y veo que hay bastante material para ponerse al día.
Me quedo enganchado con la pregunta de los troncos.
Otra ocupación más para estos fríos días.

ángel
(from Zona 3)