Ximena se estaba desesperando, así que salió a la calle para que alguien le ayudara. Corrió tras una señora que pasaba, la detuvo y le preguntó exaltada: "¡Señora: ¿Qué me pasa?!", a lo que la señora le contestó: "Mijita, hoy te despertaste con los pies en la cabeza", y siguió su camino.
Esta es la historia de Ximena y sus pies, los cuales una noche se rebelaron y no quisieron ser más su soporte y treparon para tener la mejor vista, para empezar a imaginar y dejar de aguantar el peso de la vida sobre ellos.

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