sábado, 12 de enero de 2008

Hojas de verano

En el árbol, cada hoja tiene atrapado un sentimiento diferente. Así. Cada persona que pasa y vive un momento bajo su sombra libera un sentimiento. En ese momento nace una nueva hoja, lo captura y lo guarda, y así crece, cada vez más verde. El otoño llega para el árbol cuando los sentimientos fueron olvidados, cuando las personas que los liberaron ya los han olvidado, tal vez evolucionan hacia otra cosa. Es fácil darse cuenta cuando han perdido su esencia. Se secan, crujen como quejándose, protestando por el olvido. No saben de renovación, de tiempo cíclico. El árbol no les cuenta que ya ha sucedido, tal vez no lo quieren escuchar, deseando ser especiales, viendo como único el sentimiento que albergan, sin darse cuenta de que existen tantos sentimientos como hojas en un árbol.

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